III.
Qué difícil es volver
a tener lo que un día
se tuvo y se perdió.
A pesar de esforzarse,
uno ya no sabe cómo
conseguir que todo
vuelva a ser como antes.
Me atrevería a decir,
incluso, que una vez
que se pierde ya es
imposible de recuperar.
Al fin y al cabo,
todo ha cambiado;
ninguno de los dos
somos ya los mismos.
Ni siquiera
aquello que tuvimos
es lo que realmente tuvimos.
Hoy sólo es un recuerdo
y,
como todos los recuerdos,
tiene su gran parte
de mentira.